09 junio 2008

¿Hasta donde...?

¿Hasta donde…? Ayer en uno de esos espacios especiales de consejería una dama muy enamorada de un varón desdeñoso que la hace sufrir, me preguntaba ¿tt hasta donde debo llegar por este amor, cuanto más debo aguantar? Y yo que repito que no hay que tener miedo de amar, que hay que abrirse al amor, bla, bla, me quede callada pensando en mi misma, deseando darme una respuesta primero a mi y luego compartirla con ella… ¿Hasta donde yo llegaría…? Hay que saber amar sin duda, ese “debo” me suena mas como obligarme, y nooooo como es posible que llegue el momento de obligarme a aguantar algo que me hace daño… cuando el respeto se pierde hay que parar, cuando dependemos de nuestra pareja en forma total, cuando perdemos nuestra individualidad, hay que hacer un alto, y lo ideal es no llegar hasta ese limite claro. Más que llegar es no perder nuestro amor propio, no perder la conciencia de tu condición como mujer, como ser libre y pensante… Hasta donde llegar = hasta donde mi necesidad no invada la libertad de mi pareja y hasta donde mi pareja no coarte mi libertad, nada nos puede obligar a recibir golpes o insultos, humillaciones nooo, perder el control de mi valor como mujer es terrible, trae como consecuencia dolor y abandono de la propia personalidad.

3 comentarios:

Schön Genius dijo...

Es verdad que cuando uno esta enamorada se vuelve ciego y soporta cosas que usualmente no se soportan pero seguimos siendo concientes de lo que pasa y de lo que queremos y tenemos el suficiente valor como para decir "suficiente" y no continuar con alguien que solo nos hace daño, no se por que alguien que solo sufre con su pareja sigue con el/ella, no lo entiendo por que yo no lo haria, debemos valorarnos mucho mas.

Saludos

Maria Rosa dijo...

Coincido en lo que dices de la importancia de la individualidad e independencia... creo que si cada una es feliz a su modo... se puede ser y brindarse más a la otra...

Saludos y un abrazo...

LAO dijo...

Una persona debe de aguantar hasta que se decida y otorgue a sí misma el supremo derecho de "vivir feliz esta vida".

A veces me pregunto también, el hecho de porque se debe de aguantar..... Aguantar malos tratos, insultos, carencias y todo lo derivado de la perdida de aquel amor primero que unió a dos personas.


Se supone que la pareja es una persona que esta a tu lado porque te ama y busca en su manera hacer todo lo posible para que seas feliz, entonces cuando ese sentimiento se tergiversa, desaparece o se modifica... ¿ que es lo que hace que permanezcas en esa relación?

¿Miedo a enfrentarte al mundo sola?

¿ Miedo a perder el visto bueno de la sociedad por ser una divorciada?

¿Miedo de no saber que contestar a tus hijos, si los tienes, del porque ya su padre o tu pareja se ha marchado de tu lado, asumiendo con ello que la culpa es nuestra?

Miedos... un miedo que nos mantiene viviendo al lado del abusador y miedo que nos impide salir de ese estado negativo. Miras para ambos lados y no hayas para donde hacerte.

En mi caso , mi miedo encontró punto final hasta que decidí que soy una persona digna de vivir feliz y con gente que me ame y valore verdaderamente lo que me resta de mi vida. Mi miedo llegó a su final hasta que comprendí que la vida la vive una sola y no necesita de "hules para flotar" mas que el propio deseo de supervivencia digna que habita en el fondo de nuestra psiquis y nuestro corazón.

Mi miedo llegó hasta el momento en que supe afrontar a mi familia, a mis hijos y a mi misma de la nececidad de sacudirme ese peso que me abotargaba y hacia que perdiera mi conciencia sobre lo que soy, sobre lo que puedo dar, sobre lo que merezco tener.

Y ahora, cuando al fin me he decidido a vivir por mi y para mi, y sobre todo seguir el juego de los que si me aman, es cuando puedo decir que soy feliz.

Lastima que muchas personas aun no se animen , ni se arriesguen a tomar al toro por los cuernos y aventarse al ruedo de la vida, pero de una vida libre del dominio de las demás personas.

Animense, lo unico que se puede perder es el no estar mas junto a esa persona que nos hace mal y se puede ganar, la vida misma.

Un abrazo.